
La lección aprendida hoy es: no fuerces a la imaginación si no desea salir a jugar. Lo único que sacarás de ello es una rara mezcla de personajes y tramas que no saben ni de dónde vienen, ni a dónde van. Y una sensación frustante de querer matarlos a todos de un plumazo, aunque se nieguen a morir y sigan apareciendo en tus próximas líneas...
En fin. Mañana será otro día. Espero que mi lectura nocturna y un buen descanso, además del ejercicio 'físico' de escribir hoy, sirvan para desperezar a esas locas ideas que años atrás me seguían a todas partes. Y, si no, seguiré escribiendo sobre lo que veo, escucho y soporto en esta vida tal como hoy. Y la verdad es que no sienta más que bien poder hacer eso :)
¡Un beso a todos y ánimo a los que sigan la maratón!
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